lunes, 25 de agosto de 2014

RICHARD WAGNER





Dramaturgo, director de orquesta, compositor, poeta y teórico musical. De enseñanza autodidacta Richard Wagner nació en Alemania en 1813, como representante del romanticismo aporta los leimotiv que son siendo frases musicales para una situación o personaje determinado. Entre su trabajos mas sobresalientes están "El holandés errante" y "Tristán e Isolda", ambas óperas marcaron un inicio en su estilo y voz propia además que reinventaron a lo que se le llamaría el teatro musical.










Con esta pequeña introducción sobre el autor que estuvimos trabajando esta semana comenzamos nuestra clase inspirada en él con un ejercicio que si bien no era de canto, era de ritmo. En un círculo empezamos uno por uno proponiendo un sonido, ya sea con la boca o con alguna otra parte de nuestro cuerpo pero sin perder la propuesta del ritmo del compañero anterior. Al principio fue muy fácil pero mientras más sonidos se incorporaban la situación se iba complicando ya que como grupo, nadie podía adelantarse o atrasarse sin irrumpir con la armonía de la polirritmia. Poco a poco lo sonidos se fueron extinguiendo desde el primero que propuso hasta el último. Fue un ejercicio muy práctico que me sirvió mucho para la atención y la escucha. 

Seguidamente pasamos a la acción, literalmente. Con unas pequeñas partes del texto de "El holandés errante" y "Tristán e Isolda" nos dividimos en dos equipos y trabajamos con la mímica. Representamos con nuestro cuerpo lo que los textos decían. Mientras nos poníamos de acuerdo con la acciones, nosotros no estábamos enterados de cómo sería la música perteneciente a esa parte del texto. Sin embargo cuando lo representamos ante el resto del grupo ya con música por primera vez, fue bastante fácil seguir la acción ya que la música servía como un estímulo para realizarlas aparte que desde mi punto de vista casaba bastante bien lo que como equipo habíamos planteado. 

Fue una clase que aunque fue corta y un poco apresurada, fue rica y entretenida. Y a pesar de que Wagner estaba dirigido a la orquesta y al canto de las óperas, la solución del último ejercicio para conocer su obra, sin hacernos cantar, fue inteligente. No se trata solo de cantar y seguir una partitura si no también de sentir y estar en la misma sintonía cuerpo-música.
Por: Ana María Alcocer Carrillo

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